viernes, 24 de abril de 2009

EVS-EL DIA 24 de Abril de 2009





Hail Mr. Chaplin.

En estos días de histérica primavera, o eso dicen, celebramos en estas páginas el trigésimo tercer aniversario del estreno de la película el Gran dictador, del no menos grande Charles Chaplin.

La peli en cuestión tiene unos cuantos años más, ya que el estreno oficial fue en la ciudad de los rascacielos, allá por el otoño del año 1940. Por esas cosas de la estupidez humana, en nuestras pantallas no pudimos disfrutar de las aventuras y desventuras del barbero judío, hasta bien entrados los años setenta. Tiene guasa la cosa: en el estreno oficial del largometraje, la sociedad del momento, y que acudía en masa al único evento lúdico multimedia y multiclase, iba vestida con trajes grises, pelo corto con mucha brillantina, sombreros y faldas largas. En nuestro estreno y en plena movida contestataria post-hippie, se pudieron ver a jóvenes y jóvenas peludos y peludas con pantalones campana y estrechas camisas estampadas por diseños de flores imposibles, acudiendo en masa al estreno de la segunda película sonora de Chaplin. Casi de fondo, perdido en los acordes del tiempo me parece oír el anuncio: “Últimas noticias! Novedades cinematográficas! Mañana espectacular estreno del largometraje: “El Gran dictador” de Charles Chaplin. No se lo pueden perder. En riguroso Blanco y Negro y sonido monoaural!!!” Y como siempre en su sala habitual: Cine Víctor, Cine Baudet, Cine Rex, Cine San Martín, Cine La Paz, Cinema Victoria, Cine Numancia, Cine Moderno, el Royal Victoria o cualquier otra de las salas que amenizaban nuestra geografía urbana. Hoy desierta de ellas y con una oferta aglutinada en frigo-factorías de cotufas y metraje excesivamente comercial y efímero. Con muchísima más calidad técnica pero con infinitamente menos afluencia de público.

La película en cuestión es una crítica ácida al nacionalsocialismo alemán y por extensión al autoritarismo y a las dictaduras de nuestro mundo mundial, dejando bien claro al final, que no hay nada para nuestro cuerpo y espíritu como una buena democracia. De barras de pan y estrellas del celuloide, faltó decir al pseudo Astolfo Hynkel.

En realidad desde el inicio de los tiempos, en nuestra sociedad cromañona y de cultura homosapientil, han sido múltiples salvapatrias, caudillos, déspotas, tiranos, autoritarios, opresores y hasta cancilleres tipo Palpatine, los que han jalonado alegremente nuestra historia. Ideológicamente los encontramos de todo tipo, a saber: rojos, azules, grises, negros, amarillos y hasta de color indefinido. Con ello se demuestra que la ideología no va asociada con el poder, porque desde el amplio abanico de ideas sólo se codicia el estrecho mango del poder. Así que, no es un argumento de peso decir: “es que los morados son unos absolutistas de toda la vida”, porque posiblemente, lo serán tanto como los verdes o los naranjas.

Esto se resume gráficamente en una frase que siempre me dice mi padre: “Da lo mismo quien sea el amo, porque el burro, es siempre, el que lleva la albarda”.

En realidad la explicación de una única visión y voz cantante, viene de nuestra increíble capacidad para trasladar a otro una decisión. Lo que se conoce coloquialmente como “pasar el marrón”. Y así, pasamos nuestros marrones consecutivamente y eternamente con tal de eludir responsabilidades. “Que piense otro por mí”, “yo tengo bastante con lo mío”, “ese no es mi problema” y así, una serie de frases similares, son las más oídas en el top-ten de las excusas para no asumir las riendas de la vida.

En un status quo caracterizado por la desidia bananera, una serie de personajillos y personajes ven alimentado su ego y su bolsillo al encontrar nula resistencia ante unas primeras y tímidas intenciones, que a la larga, y alimentada con la eterna indolencia, se transfiguran en pretensiones megalómanas edulcoradas intelectualmente con alguna figura decorativa judeomasónica, imperialista, atea o centinela de occidente. Total pa´l caso...


Gobernemos gracias al amor y no gracias a la bayoneta.”

Paul Joseph Goebbels.1897-1945.

Ministro de propaganda del Tercer Reich.



Gustavo Reneses

sábado, 18 de abril de 2009

EVS-EL DIA 17 de Abril de 2009






"El negocio del cine es macabro, grotesco: es una mezcla de partido de fútbol y de burdel". Federico Fellini.

Cuando fuimos los primeros.

En estos días de invierno eterno y tras el ayuno, abstinencia y penitencia de los últimos días, retomamos la marcha de esta Guagua por las inescrutables rutas de Babilonia.

Se comenta por los mentideros cibernéticos que todo el mundo (que al final resulta que ni es el mundo ni son todos) está seriamente preocupado porque, a menos de un mes del estreno oficial, ha percolado por los numerosos y poco fiables poros de la red, no un trailer ni escenas sueltas, sino toda la peli “X-Men Orígenes: Lobezno”. Con esta filtración se sacia parcialmente el voraz apetito de las hambrientas masas noveleras de internet para amargo desconsuelo de sus productores. O no, porque en la colina de acebo nada es lo que parece. Resulta que el filme en cuestión, dicen, que no pasará al top five de las pelis “más mejores” del séptimo arte, y por supuesto, ni al top ten, ni al top cien... aunque es posible que sea todo un friki-éxito en el top manta.

Para quien haya tenido la enorme desgracia de no haber visto la anterior pelicula X-Men (vea el apreciado lector la sutil ironía), en esta nueva entrega se va a desentrañar el más grande de los misterios de la Humanidad desde la Santísima Trinidad. Nada más y nada menos, que los inicios de uno de sus peludos personajes: Lobezno.

En realidad todo esto es un subterfugio para el consumo de sustancias químicas no vendibles en farmacias legales. Es más que factible sospechar que en el proceso de creación de la serie de los colegas X, fue necesaria la ingesta de mescal, humito o yerba del diablo, porque si no, no se entiende la esquizofrenia en grado tremens para idear el universo imposible de los jóvenes talentos de la escuela de Xavier. De ahí la equis. Además, resulta que la panda de amigos X son, y según fuentes consultadas: “...una organización de mutantes creada por Magneto para ayudarle en su lucha contra el Homo Sapiens (los humanos no mutantes) para someterlo bajo su liderazgo mutante...” Chorripedia dixit. Ahí queda eso. Llegado a este punto queda más que demostrado también la justificación del uso de la susodicha ingesta por parte del lector para asimilar la profundidad de este tropel de letras. A mí no me pregunten, en la definición de la cosmogonía equiana, que no equina, me quedé en “organización de mutantes”. Nota mental: preguntar en la asesoría si es viable la posibilidad de convertirme en organización mutante y así disfrutar de alguna ventaja fiscal por padecer poderes sobrenaturales.

De todas maneras y para apaciguar a las hordas indignadas y con el corazón de celuloide partido, parece que se ha anunciado que la indignante filtración realizada por algún ciberfilibustero es una versión no definitiva. Vamos, que le faltan efectos especiales, limar un par de escenas y alrededor de un cuartito de hora más de metraje. Viendo que queda un mes igual ponen a trabajar a destajo a todo el personal. Eso si, lo de cobrar horas extras estará por ver.

En realidad la crucial ciberpolémica que nos ocupa hoy, es sin duda un ejemplo más, de los interesantes valores de nuestra decadente sociedad “ciberdenthal” -mezcla a partes iguales entre cibernética, occidental y Neardenthal-.

Basados en el “Principio de la Inmediatez” o “Teorema de la Validez Efímera de Valores” (que se resumen en que todo lo que vale es lo primero), se nos intoxica a todos los niveles para ser una perfecta máquina de consumo sin tiempo a la reflexión. “Hay que ser el primero para tener éxito”, repiten sin cesar los más prestigiosos hipnopedas. Y así, desde nuestra más tierna infancia, se nos adoctrina, desde todos los frentes, en la ferviente admiración que debemos sentir al ser los primeros en algo: ser el mejor en nuestros estudios, ser el más atlético, ser el más elegante-cool-fashion-in/out y demás garambainas vacuas de nula importancia evolutiva.

Como no podía ser de otra manera, de este credo insulso emanan las acciones más cutres y torticeras al puro estilo Ciberdenthal. Y así del amplio elenco de maniobras, destacan de forma capital: La zancadilla, el pisotón, la puñalada trapera, la lengua de trapo, el quitate-tú-pa-ponerme-yo, el plagio, el lameculismo o la ñoñería intelectual, entre otros.

La cosa tiende a enquistarse cuando estas acciones aparecen acompañadas de una serie de justificaciones ético-morales que todo pretenden arreglar, pero que en realidad, empantanan con el sucio lodo de la iniquidad, nuestros verdaderos valores. Lo que se conoce vulgarmente como: “un argumento políticamente correcto”.

Sabemos que esta Guagua que recorre Babilonia no es el último modelo, que a veces no corre mucho y que al final de los repechos tiene que poner el punto muerto para coger algo de aire, pero estamos seguros de una cosa: la frase del gran Fellini es perfectamente aplicable a todas y cada una de las dimensiones de nuestra realidad.

Gustavo Reneses

domingo, 5 de abril de 2009

EVS-EL DIA 3 de Abril de 2009











Acordes cuerdos para desacuerdos. 

En estos días previos a la santa semana, para los más afortunados, y santa media semana para el resto de los mortales, se hace obligatorio felicitar a los que sonríen pese al chaparrón de noticias “econoparanoícas” que está cayendo. Es más, algunos no sólo sonríen sino que le enseñan, totalmente estirado, el dedo corazón a los grises agoreros que todo de negro lo pintan. Aclaro. Negro europeo, no negro norteamericano.

La música las penas aleja y los músicos, más que nunca, están llamados a convertirse en los nuevos catalizadores de pensamiento positivo. Son los encargados de traernos, entre notas, la inspiración adecuada para llenar de magia nuestra cotidianidad.

Celebramos desde esta guagua viajera, el éxito de nuestros intérpretes en la escena local, nacional e incluso internacional. Con un desparpajo extraordinario y con una calidad compositiva nada tienen que envidiar a las bandas anglosajonas (objetivo insuperable para los de mi generación).

Desde que tengo uso de razón, las bandas canarias han tenido una peculiar manera de manufacturar la música, tanto, que se desarrolló el término “rock canario” para destacarnos de entre todas las versiones musicales que existen para este estilo. Y es más, se etiquetaron como “grupos de rock canario” a muchas otras bandas que no hacían rock... pero en fin, eso es otro cantar.

Actualmente, esa manufactura sigue siendo una marca de identidad, pero atesoramos tantos años de experimentación, que hemos logrado un producto refinado que ha transmutado por si solo hasta convertirse en una verdadera delicatessen para los oídos más exigentes. No quiero nombrar bandas porque en todo inventario dejamos siempre a alguien fuera, pero es posible afirmar orgullosos, que en la actualidad tenemos más de una decena de bandas que nos dejarían más que satisfechos en cualquier escenario.


En cualquiera de las variantes musicales que cosechan nuestros melómanos ejecutores, es de destacar que el arte y por extensión, la cultura con su genialidad e insultante frescura está llamada a romper la uniformidad de pensamiento que nos adoctrinan desde los diferentes púlpitos.
El miedo nos hace ser dúctiles en las cálidas manos del amo, el miedo nos hace aceptar situaciones o soluciones que, a priori, nunca hubiésemos acatado. Un acorde (a ser posible con una Les Paul flamígeramente diseñada o con una Stratocaster marfil encordada para una bestia parda zurda) en medio de la oscuridad, aunque sea fugaz, nos enseña que la oscuridad es sólo la ausencia de luz, y que desaparece cobardemente cuando la llama de la antorcha del conocimiento y de la libertad individual hace su triunfal puesta en escena.


Gustavo Reneses