domingo, 22 de febrero de 2009

EVS-El DIA 23 de enero de 2009









Por asuntos relacionados con la economía (publicidad) el suplemento EVS, no se publicó el día 16 de enero, por lo que pasamos una semana parados en la estación central de Babilonia. Aprovechamos esta ocasión para levanta un poco la cabeza a ver que pasaba por el restode latitudes, y nos encontramos con el nombramiento presidencial más importante de la década...

235 d.O: Crónicas felices de un tiempo futuro.

 

Después de un viernes de ausencia, nuestra ruta en guagua por Babilonia se detiene en una de las paradas más extrañas y sorprendentes de las que recuerdo. Hace unos días me hacen entrega, de una forma totalmente anómala, de un sobre lacrado y dirigido a mi persona. Contiene dos  pequeños sobres. Uno de ellos es anónimo y presenta un estado normal. El segundo está rubricado por una persona que se hace llamar Jorge A. Huxley, pero que, a diferencia del primero, parece que tuviera cientos de años: acartonado y amarillento.

 

El primer sobre contiene una misiva con una escueta presentación y una descripción con innumerables datos técnicos sobre Física Cuántica, que prefiero por ahora no desvelar. Una persona que se hace llamar El Crononauta, y que, según él, ha viajado en el tiempo hacia el futuro, quiere que difunda un texto escrito por el mencionado Jorge A.H dado que su difusión será, según él, de gran interés para nuestros lectores.

 

Sin más dilación procedemos a transcribir el contenido del sobre número dos:

 

En estos días grises de enero, se conmemora el doscientos treinta y cinco aniversario del nombramiento de Su Barackería, Barack Hussein Obama Jr  como presidente de los extintos Estados Unidos de América, a la sazón Líder de nuestro único partido global, la Unión de Sideral Ad-libitum (USA).

 

Antes de seguir con la redacción, pido disculpas porque hace siglos que nadie escribe, no está prohibido, pero no hace falta, no es útil para nosotros. No se cómo se puede contar algo de forma ordenada, ni quién lo va a leer. Me da vergüenza que otros lean mis pensamientos. Me vienen a la cabeza ideas propias, también relatos de los ancestros, quiero contarlo todo a la vez. Además, ¡por Barack!, me duelen los dedos, me duele la cabeza, no se cómo podían garabatear el papel con un palo transparente. Tampoco me imagino para que se quería perder el tiempo escribiendo. Recuerdo que en clase de prehistoria donde nos introducían semanalmente las lecciones en el chip de control de nuestro neo-bulbo raquídeo, nos describían que hasta el año 2010 existían cientos de lenguas en el mundo. ¡Barack, qué lio!, es un auténtico desperdicio. Yo escribo en neosajón la lengua global actual. Es una adaptación de lo que ustedes llamaban inglés pero eliminando las palabras superfluas y que lleven a confusión. Por ejemplo no existe la palabra mentira, decimos noverdad. Así con todas, tampoco existen lo que ustedes llamaron  sinónimos, es una pérdida de tiempo manejar tantas palabras. Nuestro lenguaje contiene 666 palabras, ni una más ni una menos. Las justas para comunicarnos. No hay más. Ahora mismo este texto ha sido traducido y adaptado para que lo puedan entender.

 

De esos días aciagos nadie recuerda nada, han pasado muchas generaciones. Una de las máximas de nuestro Líder es: “El olvido del pasado, para así, tener un dichoso presente y un radiante futuro”. La Anulación de la Remanencia Histórica, es competencia del Ministerio de la Verdad y tiene a sus órdenes cientos de miles de funcionarios a lo largo de nuestro mundo que interconectados redactan de nuevo los libros, cuadros, esculturas y en definitiva, cualquier manifestación primitiva de arte, para plasmarla de nuevo en sus biocomputadores. Con ello se modifican los datos que son potencialmente dañinos para nuestra feliz sociedad.

 

Las leyes, normas o cualquier límite legal no existen en nuestro tiempo. No nos hace falta, han quedado atrás la necesidad de coartar a la Humanidad. Hemos llegado un punto de madurez para anular el instinto destructor que nos acompañó durante siglos. De la propia felicidad de nuestra existencia han quedado obsoletos los ideales de destrucción social y personal que tantas vidas humanas se cobraron en el pasado. ¡Por todos los Baracks, cómo podían ser tan salvajes! En realidad solo hay un axioma “A la verdad por el Líder, El Líder es la Verdad” estas dos se resumen en el anagrama de nuestro partido: “No hay verdadera libertad sin nuestro líder”.

 

Nuestro líder, junto con los antiguos dirigentes de lo que se llamó en un tiempo Europa y los países orientales, propusieron eliminar las fronteras, nacionalidades, lenguas y culturas locales, en definitiva nos convenció de que todo lo que supusiera separación, es sinónimo del miedo. Ahora vivimos juntos en una comunidad global, trabajamos por el sistema y todo funciona correctamente. No hay disidentes adoramos trabajar para nuestro beneficio común.

 

Si alguien atraviesa un momento de duda o posible inicio de disidencia mental, enseguida puede tomar una dosis de twentieth, una píldora que nos desconecta de nuestros miedos y acciones primarias, transportándonos a un particular nirvana opiáceo. En casos más graves, los miembros del Ministerio de la Libertad, lo conducen a una Villa de Normalización, donde tras unas semanas de terapias, puede regresar felizmente a sus labores cívicas.

 

Respecto a lo que ustedes llaman ocio y a las tantas tensiones que produce, tengo una buena noticia: hemos superado satisfactoriamente esa dependencia. Nuestra labor es trabajar por y para el sistema. Una serie de tareas que nos ocupan dieciséis horas diarias, pero que realizamos con la mejor de nuestra disposición ya que al terminar nos espera una ración de twentieth para todos y la satisfacción del deber cumplido. Todos somos un mismo trabajador.

 

El resto del tiempo lo pasamos en nuestras ciudades-cúpulas, diseñadas por  ingeniería de cristales que permiten protegernos del decadente mundo salvaje exterior. Yo vivo en una modesta vivienda familiar de 20 plantas. Casi íntima, pero que ofrece todas las comodidades de nuestra sociedad, grageas alimenticias, refresco de cola por grifo, calefacción, suplementos terapéuticos, visiograma con la cadena de entretenimiento estatal… También se organizan bailes semanales, terapias conjuntas de reafirmación al sistema… En fin, todas las comodidades posibles para poder realizar con más comodidad nuestros viajes de desconexión.

 

Bueno poco más puedo escribir, los dolores en mi muñeca, dedos y antebrazos me torturan físicamente y no puedo pensar claramente. Además tengo que trabajar mañana para el Líder, disfruten sus primeros días… ahora voy a tomar mi dosis de twentieth. Saludos. Barack os bendiga.

  

Gustavo Reneses

EVS-El DIA viernes 9 de enero de 2009









Como no podía ser de otra manera y tras las fiestas, la realidad se impone con su frías extremidades en forma de cuesta de enero, que para muchos mortales, se extiende hasta febrero o marzo. 

Se busca patrocinador

 

En estos días grises de enero, seguimos con la escoba barriendo el confeti y serpentinas de las últimas celebraciones del solsticio de invierno. Como dotados de vida propia, se esconden estos papelitos multicolores, en los más recónditos y sorprendentes lugares de nuestras viviendas hipotecadas onerosamente. No sería sorpresa que en pleno agosto, celebrando una chuletada casera con cualquier excusa, nos encontráramos bajo el sofá o en la gabeta de las herramientas con un ejemplar de los papiros iridiscentes celebrando todavía las navidades. De todas maneras, y pensando en positivo, barrer es un buen ejercicio para ir finiquitando las enormes cantidades de grasas mono y poliinsaturadas de los turrones, polvorones y demás dulces parentescos que se adhieren al contorno de nuestra esbelta cintura.


No terminamos de barrer todas las estancias de la vivienda, cuando somos llamados por las brillantes cornetas y clarines de Babilonia, para participar en la carrera individual por etapas más gloriosa de la historia. Treinta y una etapas donde los Delta y los Épsilon, cual deportistas de élite, atravesaremos con espíritu osado la Cueeeeeeeesta de enero. Ríanse ustedes de atravesar Rusia, Mongolia y China con un solo euro al día, de peregrinar el cono sur americano en motocicleta, 4x4 o en un monstruoso camión. Todo ello es una verdadera minucia. Esto es sin duda, lo más grande. Es la genuina y original Carrera de las Carreras. Si tuviera la desgracia de ser presentada por el saliente presidente norteamericano, sería denominada como la Madre de todas las Carreras. Sólo los más aguerridos participantes llegarán al 1 de febrero. Con suerte para algunos viciosillos del consumo, empatarán el mencionado raid ascendente con los meses de febrero, marzo y hasta abril.


En nuestro noble empeño por alcanzar la cima, los aviesos mercaderes gestarán ardides para distraernos de nuestra sana competición, y mediante suculentos descuentos indecorosos, descontarán o rebajarán retales de nuestra moral. Todo vale para consumir en el sistema mientras el nos consume a nosotros. A quién no le gusta sacudirse de gusto cuando pregunta inocentemente al vecino por cualquier aparato electrónico y nos responde con tono cándido que le ha costado tres euros más que a nosotros.


Picarescas mercantilistas aparte, mientras camino por la calle, me pregunto la posibilidad de pedirle a mi entidad de crédito una subvención o patronazgo por la hazaña deportiva tan brutal a la que me veo invitado a participar. ¿Qué diferencia hay entre escalar un ochomil, atravesar el desierto, circumpolar el Ártico o llegar a fin de mes -con suerte-?


No voy a descubrir nada nuevo para el conocimiento geográfico, pero puedo colocar igualmente una bandera en lo alto de la etapa 31. No voy a trazar una nueva ruta de la seda mejor y más rápida, pero puedo perecer de sed en el intento o congelarse mi crédito (aunque espero que sólo el bancario). ¿Entonces? Cumplo el requisito para ser apadrinado como aventurero del siglo XXI, ¿no?


Ya me veo a primeros de febrero caminando triunfante por las calles de mi ciudad entre la admiración del abnegado pueblo, oyendo cantos de júbilo y loores hacia mi persona, entorchado con los colores de mi Banco de confianza, de la Agencia Internacional de Cooperación en Deportes Varios de Mesa, el Comité Olímpico Internacional en cualquier disciplina deportiva de riesgo tipo chaise-longue, el reloj de mi patrocinador personal (porque lo importante no es lo que tengo, ni quien soy, sino lo que puedo proporcionar al que me patrocina) y el tatuaje en la nuca o similar de otro patrocinador personal, pero mucho más personal.

 

Lentamente, en medio de mi paseo onírico, comienzo a descender a tierra firme: cálida y fangosa. Ya no hay cintas de colores, banderas ondeando al viento y no tengo el reloj de mi patrocinador, es más, no tengo patrocinador.  Me doy cuenta que pese a trabajar y pagar y seguir pagando con nuestro dinero, no tenemos derecho a elegir a nuestro gusto nada de lo que conforma nuestro universo más cercano. Y mucho me temo, que en este caso, la musa de la cinematografía toma por un momento esencia de realidad y me susurra al oído lo mejor para atravesar enero dignamente: Camina o Revienta.

  

Gustavo Reneses

EVS-EL DIA Viernes 2 de enero de 2009









El mes de enero de 2009, comenzó con una despedida a las fiestas de Navidad. Babilonia hizo una comparativa en clave de humor entre los Reyes Magos y Papá Nöel. Que lo disfruten.

Carta a los Reyes Magos de Oriente.

 

En estos días envueltos en dorados papeles de regalo y anudados con ingente metraje de cintas gules y argén, transcurren los plúmbeos días invernales en la Babilonia boreal.

 

Lejos de hacer apología de la monarquía o de cualquier otra “ía” o “ismo”, es cierto que defiendo, desde la más pura inocencia e idealismo quijotesco, la presencia en nuestras calles y casas del espíritu de los magos de Oriente mixturados en las nebulosas noches próximas al día de Reyes.

 

Desde cualquiera de los puntos de mi enfoque salen ganando por goleada los tres colegas de Oriente frente al hastiado hombre de risa histriónica (jou, jou, jou), que vestido como una lata de refresco de cola, aterriza con su trineo en los nevados e inclinados techos de nuestras casas unifamiliares nórdicas, para colarse, ulteriormente, por nuestras cálidas chimeneas.

 

Son muchos años soñando con ellos y envueltos en sus cálidos ropajes de ilusión para que lleguen los tecnócratas del Ministerio de la Abundancia y nos dicten el nuevo patrón de consumo navideño. Faltaría más.

 

Pues desde los diferentes enfoques, pasamos a enumerar sin más dilación, las razones de mi Bohemia Real:

 

1. Marco Histórico y Etnográfico: Si nos atenemos a los hechos puramente históricos o de tradiciones históricas, la adoración de Jesús (que es lo que se celebra realmente en estas fechas) es realizada por los magos de Oriente. Que por otra parte, y según sesudos eruditos en la materia, ni eran tres ni eran reyes. Desde la etnografía, nuestra sociedad ha celebrado siempre, con más o menos humildad, la tradición de los Reyes Magos en la noche del 5 al 6 de enero. Que regalan a los niños presentes como en su momento lo hicieron con el niño Jesús.

Entonces si atendemos a razones de pura coherencia (que son las que nunca atendemos) para esgrimir un discurso serio, si lo que se celebran son las fiestas de Navidad, cierto es, que deberíamos ser coherentes con la tradición que concurre en nuestro marco geográfico y cultural y no introducir otras costumbres con la excusa: “es que está más de moda y los peques se lo pasan mejor. O sea, chupi”. Ya puestos a globalizar la Navidad, podríamos celebrar un popurrí de navidades agnósticas y de la Nueva Era, a las que podríamos llamar Merry Hannukkah, con un pequeño recién nacido Buda, depositado por una nave nodriza interestelar (Halcón Milenario), elfos y druidas adorando al pequeño, mientras que los tres reyes magos curran de ilegales en el taller de los regalos junto con San Nicolás y demás clones (Santa Claus, Viejito Pascuero, Colacho o Papa Nöel) para que celebremos con regalos el solsticio de invierno, o mejor aún, las romanas fiestas de Saturno.

 

2. Marco Geográfico: En nuestras latitudes subtropicales, esto es, 28 grados sobre el ecuador, el tema de ver volando renos y un trineo mágico para que  Mister Olimpia se deslice hábilmente por nuestras chimeneas instaladas en una techumbre de teja marsellesa o de pizarra -con una inclinación de más de 40 grados, para que la nieve acumulada no haga peligrar la estabilidad del forjado-… No sé, a mi no me pega. Igual en los bellos pagos de Vilaflor de Chasna, concurre alguna vez por década condiciones meteorológicas polares, que junto con alguna vivienda con la tipología constructiva mencionada anteriormente, le den empaque al Repartidor de Cola venido a menos. A menos de 100 kilómetros de tierras saharianas, la caravana de camellos y los magos de Oriente tienen mayor lógica geodecorativa.

 

3. Arte, Atrezzo y demás ornamentos: Yo no quiero pronunciarme para no predisponer al lector. Por un lado tenemos un equipo de trabajo compuesto por un abuelito campechano y barrigón –estarán pensando en Papa Nöel, ¿no?-,  ataviado con un mono rojo de patentes blancas y peludas junto con un sobaquero cerco de sudor. El medio de locomoción elegido es un trineo mágico tirado por renos volantes (el peyote es lo que tiene). En el backstage hay una serie de elfos vestidos de verde y dopados con bastoncillos de caramelo que trabajan con laboriosidad china y eficacia alemana. O no es caramelo lo que tienen los bastoncillos, o algo no me cuadra. Además, nadie sabe la relación de éstos con el de rojo: si son colegas, familiares, asalariados o freelances dependientes. Una vez seleccionados los juguetes para cada niño del planeta, se fabrican (uno a uno) y se distribuyen perfectamente a toda velocidad. Yo nunca lo he visto, pero tiene que ser un delirio psicotrópico entre subir al carro, consultar la lista, meter las coordenadas al GPS, aterrizar, coger los regalos, bajar por la chimenea (si la tiene, si no fuera así, habría que buscar la manera de depositar los regalos junto al árbol sin incurrir en allanamiento de morada), picotear unas galletitas, un ronazo, armagnac o bebida espirituosa similar (125cc de bebida destilada por aproximadamente 3.000 millones de niños en el mundo… tienen que ser como un par de miles de puntos menos si le hicieran un control de alcoholemia)  y finalmente subir al trineo de nuevo. ¡Ojo! todo esto en menos de 24 horas.

Por otro lado tenemos una preciosa caravana de magos guiada por una estrella en el firmamento (que mola más que el GPS papanoelero) con una serie de extras interminable: camellos, bailarinas del vientre o de los siete velos, forzudos, camellos, elefantes, guardia romana, egipcia y norteamericana –en sintonía amistosa con el presidente Obama-, regalos a mil para todos los niños del mundo (entre ellos oro, incienso y mirra… no palitos de caramelo. ¡Por favor!). Los magos van ataviados con nobles telas traídas de todos los rincones de la tierra, perfumados con cedro, sándalo y otras delicias orientales. ¿Recuerdan el olor del cerco sobaquero del compinche de rojo?

Son misteriosos, no se dejan ver en los centros comerciales –no como el que yo me sé que va fastidiando los tímpanos del prójimo con una campanilla-. Sólo aparecen cuando tienen que aparecer, entre sueños, y dejando muchísimos regalos en los zapatos, tenis o cholas de los niños buenos.

 

4. Interés por el índice de dádivas per capita: Vamos a comparar la renta per capita de los habitantes de un sultanato de Oriente Medio y la de los habitantes de una comarca finlandesa en pleno Círculo Polar Ártico. Dicho en otras palabras, petróleo versus economía de subsistencia pesquera. O dicho con topónimos, Laponia versus Dubai. No se yo, pero puesto a pedir una larga lista de regalos por nuestros insignes merecimientos anuales, lógicamente nos vamos a decantar por el trío mesooriental.

 

Bueno amiguitos, les dejo, porque tengo que afilar una caja entera de lápices para escribir una kilométrica carta a Sus Majestades. No sólo para los míos y un servidor, sino por aquellos niños y personas, que sean cual sean sus creencias, no tienen nadie quien les escriba, ni seguramente quien les lea una carta con sus anhelos e ilusiones. Que los Magos de Oriente les dejen la suficiente ilusión para seguir sonriendo. Felices Reyes.

 

 

Gustavo Reneses

sábado, 14 de febrero de 2009

EVS-EL DIA 26 de diciembre de 2008







Terminó el año 2008 y Babilonia concluyó su primer año en papel con un Cuento de Navidad. Que al final ni resultó ser cuento ni tampoco fue muy navideño. El título de esta parada fue Cuentos de navidad y otros cuentos

 

En estos días de ajetreo consumista, alimentación pletórica y cata sinfín de morapios y otros elixires espirituosos, el intelecto está poco predispuesto a devanarse los sesos en problemas de índole ético-espiritual, por lo que recurrimos, para alcanzar la luz sapiencial, a los entrañables cuentos de navidad. Grandes plumas como Charles Dickens con sus victorianos y flemáticos cuentos de navidad, han amenizado alguna vez nuestras tardes oscuras y frías del mes de diciembre.

 

Sea cual sea el autor, todas ellas se resumen en que alguien, por huraño que sea, se enternece en estas fechas tan entrañables. En el elenco de personajes nunca puede faltar el opulento mercantilista sin escrúpulos, el tierno y humilde proletario, alguien enfermo que se curará al final de la narración y un inevitable cameo de la dama portadora de la guadaña con su alter ego o espíritu navideño.

 

En mis recuerdos de niñez, evoco un viejo cuento en lengua inglesa que me leía mi padre de alguna añeja edición del Reader´s Digest (creo que era de tapas verdes). Versaba sobre una humilde niña de escasos recursos económicos que quería comprar para su hermana un precioso collar oneroso, al ser ella (la hermana), la que cuidaba de toda la familia por ser huérfanos. El sentimental joyero se enternece -no se sabe bien si por la proximidad de las fiestas navideñas o por la inocencia de la moza en cuestión- y le engaña en el precio diciendo que son unos peniques; justo los que tenía en la mano la niña (cuando en realidad costaba varios cientos de libras esterlinas). Al final el joyero de buen corazón tiene una recompensa porque descubre, al conocer a la justa hermana que viene a preguntarle extrañada por el precio real de la joya, que esa hermana rubia y abnegada era la mujer con que soñaba él.

 

Igualito que en la actualidad, donde el amor en todas sus dimensiones sigue imperando en nuestros actos diarios [véase la ironía]. Sin ir más lejos, los santos varones del Banco Central Europeo escondidos en la habitación 101 del Ministerio de la Abundancia, y persuadidos por las bienaventuranzas y bondades del espíritu de la navidad, han anunciado a bombo y platillo la rebaja de los ominosos tipos de interés. Todo ello para que nosotros -termitas voraces consumistas-, tengamos líquido, o en este caso metálico o plástico, para seguir consumiendo cantidades ingentes de bienes de consumo. Tal derroche de filantropía me enternece, nunca sabremos agradecer correctamente la magnitud de estos benevolentes actos.

Por mucho que pasen generaciones y pensadores, seguiremos siendo vanidosos y nos jactaremos de ser libres bajo los dulces efectos de un narcotizador consumo.

 

No son momentos para mucho más. Lo mejor de estas fiestas es recordar los buenos tiempos de nuestra niñez, sus gentes, el olor a petardos, inflarse a comer turrón y polvorones, cantar con el mayor número de gallos posible algún villancico y reunir a los familiares para seguir fabricando buenos momentos que nos permitan, en un futuro, atesorar en el corazón inolvidables recuerdos. Felices Fiestas.

 

 Gustavo Reneses

EVS-EL DIA 19 de diciembre de 2008











Se acababa el año y no quedaba más remedio que hacer el típico tópico de noticias más interesantes de los últimos meses. Babilonia en Guaga, como no iba a ser menos hizo un listado de los tópicos típicos de nuestra vida babilonia. Esta parada fue Total Top five and brutal hits

 

En estos días edulcorados por el afán de lucro de los mismos que nos anuncian un negro 2009, el cielo sigue gris, hace frío y llueve para todos en Babilonia. Para algunos, esta meteorología nebulosa junto con los efluvios de los dionisiacos festines que se celebran con cualquier excusa por los bares, tascas, restaurantes y guachinches de nuestras ciudades, nos ponen un poco más tontorrón y de lágrima fácil.

 

En esas cosas que tiene, a veces, el espíritu embargado por los buenos deseos que salen del corazón de nuestra tarjeta de crédito, echamos la mirada atrás para recordar con una nostalgia ñoña los eventos más destacados de las últimas 365 jornadas de nuestra pseudorealidad.

 

De la mano de las radiofórmulas musicales clásicas, creció como la espuma, y al amparo del consumo de banalidades efímeras, la moda de clasificar como auténticos mitómanos los diferentes eventos mediáticos: canciones, películas y demás maquillajes de la realidad hipertímica. Algo que se llamó Top Five, Top Ten, Top 40, Top Cien, Hits Parades o Total Hits Radio Edit, entre otras palabrotas remunerativas.

 

Hoy movido por esa bohemia navideña, vamos a repasar los cinco ecos más angustiosos y atosigantes que se han instalado por aburrimiento en nuestros oídos, y por tanto, como embriones latentes, en un rincón de nuestro caletre.

 

Como diría una de las leyes aritméticas básicas: el orden de los factores no altera el producto, por lo que correspondencia entre el orden del Top Five y su relativa importancia en la pérdida del discernimiento personal y global queda sujeta a posibles modificaciones.

 

Y sin más dilación presentamos nuestro Total Top Five and Brutal Hits:

 

  1. Crisis: Es sin duda alguna la madre de todas las clasificaciones noticieras de este año. Es el axioma, la piedra angular en que se ha basado la realidad desde hace sólo un par de meses, pero parece que por su hastía perseverancia lleve años en nuestras vidas. De su invisibilidad hace unos meses pasó a materializarse atolondradamente para habitar entre nosotros. Sin duda alguna, es la mejor excusa para erosionar e infravalorar los derechos básicos de los babilonios.

 

  1. Miedo o acojone general: Sin duda es hija de la crisis y del poder, de su madre le viene el carácter y de su padre la convicción. Llegado a un punto en la fría noche de la realidad donde el rebaño oye lobos, disparos, gritos y crepitar de ramas en todas las direcciones; no sabe a que atenerse: si se está más seguro quieto o huyendo en estampida a quién sabe dónde. Es posible que ahí y sólo en ese momento el amable matarife ofrezca al rebaño una mano amistosa y confortable para tranquilizarlos, llevándolos uno a uno, sin prisa pero sin pausa, a su escaparate. Esta vez no como cliente sino como pitanza para otros miembros del rebaño.

 

  1. Calentamiento Global: No soy la persona más adecuada para hablar de ello. Soy un friolero, lo reconozco, no me creo eso del calentamiento. Yo no recuerdo un mes de diciembre tan frío en los últimos años, y la verdad es que es el atrezzo ideal para darle mayor dramatismo a los anteriores componentes del Top Five. Hay que reconocer que el calor ilumina de otra manera a esos términos y los dota de otra imagen, incluso llegándolos a difuminar de la inanidad retórica orweliana, tal como un cirro en el cálido cielo de verano.

 

  1. Obama: ¡Qué grande es el cine!, perdón, el “show-bussines” No ha llegado a ser presidente y se presenta ante nosotros como el Héroe de la humanidad, es amado por todos, es benevolente con sus enemigos y caritativo con sus aliados. Salido del declive babilónico se presenta entre añoranzas kennedianas y suspiros de esperanza un nuevo titán al estilo de Perseo, Hércules, Ulises o Aquiles, armado de una Égida mediática y a lomos de un Perseo virtual para vencer a la infame Medusa global… o algo de eso.

 

  1. Pan y Circo: Que aburrida sería nuestra supervivencia diaria sin un poco de adrenalina y opio por partes iguales (para no desmadrarnos). En nuestro afán por disfrazar nuestras virtudes y reforzar los vicios nos servimos, en frío o caliente, raciones de banalidades en sus diferentes presentaciones: Reality show (danzarín, aventurero o granhermanero), Noticias Imposibles (Noticieros desinformantes con las desgracias más desgraciadas de nuestra realidad geográfica más inmediata), Fúrbol, Júrbol o Balompié (Opiáceos campos verdes de enanitos de colores corriendo tras un cuerpo esferoide) o Frivolidades Varias (Mix de incoherencias sentimentaloides servidas en salsa rosa o cualquier otro potingue).

 

Pues bien amiguitos hasta aquí otro episodio más de Babilonia en Guagua, y no olviden vitaminarse y supermineralizarse. Feliz Navidad.

 

 

 

Gustavo Reneses

EVS-EL DIA 12 de diciembre de 2008









El mes de diciembre de 2008 es un mes festivo y cultural, donde los haya. En nuestra ciudad se celebró un festival de gospel que daba pie al tema central de nuestro suplemento, y que dio, sin duda, contratema en la contraportada. Esta parada en Babilonia se llama Popurrí sonoro: Gospel, blues, fanfarria y poesía.
 

Dicen los que más saben de música, que el GodSpell o gospel es la armonía que desde el siglo XVIII más nos acerca a la esencia divina. Algo así como caminar entre campos de etéreos nimbos bajo un coro de cálidas voces afroamericanas.

 

Los freaks subespecie melómanos, distinguen además diferentes escuelas gospelianas como: la tradicional, reggae-gospel, espiritual negro o el moderno. En fin, todo un apasionante abanico de himnos cristianos para acercar a Dios a las pecaminosas hordas humanas, vía  metodismo, baptismo, obamismo o simplemente al “God business”,  comandados entre otros por el Golden Gate Quartet, Al Green o la mismísima Aretha Franklin.

 

En otras palabras, alzar la voz al cielo en clave de lamento negro para que nos escuche un dios blanco, o ya puestos, un productor que nos proporcione un suculento parné en forma de billetes esmeralda que proclamen jubilosos “In God We trust” –en Dios confiamos-.  Qué mordaces concomitancias caústicas tiene la vida, o en este caso, los diseñadores gráficos de la Reserva Federal Americana.

 

Un poco más abajo de la gloria divina, en tierra firme -que no estable- se está celebrando el sesenta aniversario de la declaración de los Derechos Humanos. Tiene guasa, no el aniversario, sino que, mientras la mitad de los babilonios aquí presentes, ignora la declaración amorosa al género humano por parte de los próceres paters de la patria universal; la otra mitad se encarga de palabra, obra y omisión de asegurar una decadencia sostenible y continuada de los ecosistemas. Mientras, Pachamama o Gaia llora lágrimas de oro a ritmo de blues.

 

A la larga, en el mejor de los casos, tal sutil oda quedará en la más absoluta de la inexistencia corpórea al no tener un ávido público que agradezca de corazón tal esfuerzo compositivo. Como en los sueños, el ocaso de nuestra especie llegará con el despertar de la conciencia, y llegados a ese punto, quizás ya no haya nadie a quien despertar.

 

Navegando por nebulosos mares oníricos, llegó a mi barca una botella de preciosos destellos violáceos, que en su interior portaba un pergamino con versos manuscritos que comparto con ustedes para terminar, por hoy, nuestro viaje en guagua:

  

No creo en rayas sobre mapas
ni en el norte ni en el sur,
menos en el oeste, y, solamente
que en el este nace el sol.

Vacuo orgullo ser dibujado por pincel humano,
no es natural nacer pintado.

No quiero ser fichado ni clasificado,
sólo quiero vivir mezclado...
respirar entre mis hermanos.

Aire soy,  en el viento me entrego a tus besos

 como niebla eterna abrazo tus cabellos.


 

Gustavo Reneses 

EVS-EL DIA 5 de diciembre de 2008









Empiezo con la entrega de la última semana de diciembre de 2008, se titula Poemario: Vicios y moralidades de Babilonia, y fue publicado el día 5 de diciembre. Que lo disfruten.

Más allá de las barriosesamescas lecciones de Coco y sus amigos, en nuestra vida real las nociones de términos confrontados como alto-bajo o cerca-lejos, tienden a enquistarse en modo exponencial cuando intimamos con la dicotomía realidad–ilusión, y sobre todo, el encontrar un sólido punto de referencia para enfocar dicho binomio.

 

Al igual que tenemos que optar por una sabia decisión ante el coquero dilema del desesperante zumbido del despertador mañanero que turba nuestro viaje onírico; en nuestra vigilia tenemos que decantarnos entre volar arropados con las ficticias alas de Morfeo en una pseudorealidad edulcorada con problemas banales, o vivir con los ojos abiertos donde podamos observar cómo desde el más noble de los hidalgos hasta el rufián más bravucón pierden los calzones, espíritu y hasta el corazón por raspar su parte del Fondo de los Reptiles.

 

Las noticias que en estos últimos días golpean nuestros sentidos menos comunes, nos relatan que en Tailandia reina el caos a cuenta de que unos pocos quieren atesorar lo que le corresponde a muchos, que se recrudece el ficticio pero sangriento conflicto en la República Democrática del Congo a raíz de los bienes que atesora Pachamama por esas latitudes, y que, como siempre, en Oriente Medio hay muertos y más muertos en nombre de Yahvé y sus aliados. Salpimentando todos estos casos, podemos recrearnos observando la simiesca pelea de algunos (ya casi mayoría), por alcanzar un lugar preferencial como estrella rutilante en el Callejón del Gato, son: los flamantes fabricantes de efímeras camarrupas.

 

El continuo esperpento monocromático al que nos hemos acostumbrado los habitantes de Babilonia, no debe insensibilizar nuestra capacidad para discernir de entre las sombras cavernosas, una brillante luz multicolor al fondo.

 

Entre senderos tamizados por las semillas de Antigona,  florecen hermosas especies de nombres arcanos y belleza desconocida, me alejo oyendo de fondo quizás el lamento de uno de los esclavos habitantes de la caverna, que mediante la trasgresión (no siempre cultural) llegó a ser fuerte y eterno…

 

Así decía el cantar que me llegó entre los acordes de Céfiro:

 


 

Incauto el viajero que reposa dormido,
sedantes dedos tiene el ojo esmeralda
que todo entrega, pero nada da.

Hoy no quiero ya más dormir,
el oro de la tarde todo lo tiñe,
todo lo funde, y como yo, parece vivir.

A mi playa llegan olas remotas,
me acarician mientras juego
a que soy un viejo marinero.

El oro que fluye envuelve mi alma,
empero, acecha la noche vestida de seda,
rasgando el alma de los humanos con garras de plata.

Sentado allí, oigo un canto:

“…roja mi sangre, dorada la del astro

y añil el viento que silba entre nuestros labios..."

 

 

 

Gustavo Reneses